Los payasos
y personajes parecidos han existido durante miles de años.
Históricamente,
los bufones y los payasos han sido un vehículo para la sátira y para burlarse
de las personas poderosas.
Proporcionaron
una válvula de seguridad para desahogarse y se les concedió una libertad de
expresión única, siempre que su valor como animadores supere la incomodidad que
causaron a los superiores.
Los bufones
y otras personas ridiculizadas se remontan al menos al antiguo Egipto, y la
palabra inglesa "clown" apareció por primera vez en el siglo XVI, cuando
Shakespeare usó el término para describir personajes tontos en varias de sus
obras.
El ahora
familiar payaso de circo, con su rostro pintado, peluca y ropa de gran tamaño,
surgió en el siglo XIX y solo ha cambiado ligeramente en los últimos 1500 años.
“El mito”
del payaso malvado tampoco es nada nuevo. En 2016, escritor Benjamin Radford
publicado "Payasos Malos,” En el que traza la evolución histórica de los
payasos hasta convertirse en criaturas impredecibles y amenazantes.
La
personalidad del payaso espeluznante realmente se hizo realidad después del
asesino en serie John Wayne Gacy fue capturado.
Luego,
durante varios meses en 2016, payasos espeluznantes aterrorizaron a América.
Surgieron
informes de al menos 10 estados diferentes. En Florida, payasos diabólicos
fueron vistos acechando al lado de la carretera. En Carolina del Sur, según los
informes, los payasos intentaban atraer mujeres y niños al bosque.
No está
claro cuáles de estos incidentes fueron historias de payasadas y cuáles fueron
intentos de secuestro realmente amenazantes. No obstante, los perpetradores
parecen estar aprovechando el pavor primordial que muchos niños, y más que unos
pocos adultos, experimentan en presencia de payasos.
Y es aquí
en donde entramos en terrenos más interesantes…
El fenómeno
de “efecto de imitación” o copycat comenzó a conocerse y a reconocerse a raíz del
auge que tuvieron determinadas obras cinematográficas que trataban este asunto.
Entre ellas destaca la película Copycat, de 1995, protagonizada por la actriz
Sigourney Weaver. Ésta narra la historia de una experta en psicología criminal
y asesinos en serie, quien es atacada por un asesino llamado Daryll Lee Cullum.
Esto
provoca en la protagonista un miedo a salir de casa (agorafobia), por lo que
queda recluida. Durante este período sucede una serie de asesinatos y ella se da
cuenta de que el homicida está imitando a otros asesinos anteriores. Pero no
nos desviemos del tema. (De esta muy recomendable película nos podremos ocupar
en otro momento).
Como les decía; Tras el éxito rotundo de este tipo
de películas, comenzó a analizarse en profundidad este concepto, pero no desde
un punto de vista criminológico y psicológico, sino que se tomó como algo
irreal que únicamente ocurría en el cine. Sin embargo, como se ha podido
apreciar a lo largo de la historia criminal, esto no es así, ya que existen asesinos
reales que imitan a otros por diversos motivos, . Por lo tanto, en esta nota podemos abogar por analizar
el “efecto de imitación” desde un punto de vista criminológico y dejar aparte
el tinte sensacionalista con el que se ha tratado, sobre todo en los medios de
comunicación, para así dar a conocer una visión general de este concepto y el
impacto que tiene en la realidad.
En el caso
de los copycats o imitadores de John Wayne Gacy, existía el furor por la
dualidad y ambivalencia psicológica del personaje de “Pogo”. Que tuvo desde luego su
auge y su decadencia.
Yo sí,
muchas veces…
La
psicología puede ayudar a explicar por qué los payasos, los supuestos
proveedores de chistes y bromas, a menudo terminan enviando escalofríos por
nuestras espinas.
Rami Nader
es un psicólogo canadiense que estudia la coulrofobia, el miedo irracional a
los payasos. Nader cree que las fobias a los payasos son alimentadas por el hecho
de que los payasos usan maquillaje y disfraces que ocultan sus verdaderas
identidades y sentimientos.
Esto es
perfectamente consistente con la hipótesis de que es la ambigüedad inherente
que rodea a los payasos lo que los hace espeluznantes.
Parecen
felices, pero ¿lo son realmente? Y son traviesos, lo que pone a la gente en
guardia constantemente.
Las
personas que interactúan con un payaso durante una de sus rutinas nunca saben
si están a punto de recibir un pastel en la cara o de ser víctimas de alguna
otra broma humillante. Las características físicas altamente inusuales del
payaso (la peluca, la nariz roja, el maquillaje, la ropa extraña) solo
magnifican la incertidumbre de lo que podría hacer el payaso a continuación,
Ciertamente
hay otro tipo de personas que nos asustan. Puedo tener una lista que superan
los dedos de mis manos.
Como sea, la
influencia que John Wayne Gacy ejerció sobre los psicópatas iniciados (o en
potencia), sigue persistiendo después de décadas.