Cada uno de nosotros tiene múltiples facetas de personalidad, muchas
formas de actuar, de reaccionar, dependiendo de las circunstancias, los
momentos, las personas con las que nos ínter relacionamos y por
supuesto nuestro entorno familiar o social.
Todo esto sucede aunque solo tratemos de cultivar o desarrollar una
parte.
El primero en utilizar la palabra alter ego, fue Franz Mesmer, un médico del
siglo XVIII, que empleaba prácticas hipnóticas para sus tratamientos.
cuando detectó que algunas personas cambiaban radicalmente su manera
de ser bajo estado de hipnosis. A esas otras facetas que emergían las
llamó “el otro yo” o alter ego.
En principio la palabra hace referencia a esas otras personalidades que
quedan ocultas o que no se manifiestan, pero que habitan en nuestro
interior de manera potencial.
Literalmente el ego es el “Yo”, y el alter ego es “El otro yo”. Del primero
somos conscientes, Es lo que llamamos nuestra personalidad, aquellos
rasgos que nos definen, nos hacen diferentes de los demás. El otro yo en
cambio, habita en nuestro mundo inconsciente, Es ese villano, ese héroe,
o ese artista que está dormido en nosotros. Otra identidad que por alguna
o muchas razones quizá no se desarrolló.
Por ejemplo, puede ser que de pequeños hayamos tenido una gran
fascinación por las plantas, o los animales, o los astros, las estrellas, sin
embargo con el paso de los años este interés fue quedando atrás y
terminamos estudiando contabilidad… Algo que tal vez también amamos,
pero allá, muy en el fondo, ese biólogo, ese astrólogo siguen existiendo.
podríamos pensar incluso que todo este rollo es un juego de nuestra
imaginación que algunas veces puede resultar provechoso.
Pero no para todos resulta muy sencillo, esto de alimentar la existencia del
“otro yo” que les habita. Por que resulta que a lo mejor ese otro, tiene
planes diferentes cuando de bondad o maldad se trata.
Hay muchos ejemplos de asesinos que solían tener una vida
completamente ordinaria y común. Personas con una personalidad
atractiva, agradable, bondadosa, que en nada podríamos pensar que
tuviera que ver con un asesino desalmado capaz de violar, asesinar, cortar,
mutilar, atormentar de manera inimaginable a sus víctimas.
Los hay incluso que después de cometer esos actos impensables de
maldad, volvían a sus hogares con hijos, esposas, familias que les amaban
y respetaban, y a quienes ellos también decían amar.
Uno de los que mejor ejemplifican esta retórica es Denis Rader, mejor
conocido como BTK, cuyo acrónimo significa, en traducción: Golpear, atar,
y matar. Seudónimo que él mismo se atribuyó en las muchas cartas que
enviaba a la policía mientras le buscaban.
En una de esas misivas escribió: Me cuesta controlarme cuando ese
mounstro entra en mi cerebro, no sé, quizá ustedes puedan pararle. Yo no
puedo, Él ya ha elegido a su próxima víctima.
Este hombre durante 30 años, parecía ser un ciudadano ejemplar,
presidente de una organización religiosa, padre de familia…Que lograba
esconderse entre la normalidad hasta que su otro yo, su alter ego, como
siempre mucho más fuerte que él, le hizo cometer un error, y ser apresado.
Pero ese es tema de otro podcast. Ya dedicaremos algun capítulo a este
infame personaje no lo duden.
Por el momento nos centraremos en una historia diferente en esencia,
pero que tiene que ver con las dos personalidades, diametralmente
opuestas de un hombre de familia, padre amoroso, esposo trabajador y
dedicado, que eligió casarse con su novia de dos años, formar una familia,
tener un empleo bien remunerado y ser felices comiendo perdices, hasta
que un buen día, despierta el mounstro que tal vez siempre vivió en él,
escondido en alguna parte de su subconsciente…Y comete el peor crimen
que un ser humano que se precie de ser, puede cometer.
Bienvenidos a la sexta entrega de demente abierta, un podcast para
amantes del misterio y del crimen verdadero.
Pónganse cómodos y prepárense para recibir su dosis morbo.
Yo soy Baldra Torres y esto es:
Chris Watts “El mounstro de Denver”
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